Monday, January 20, 2014

El ingeniero y el manager

Tras la pausa navideña, y con el nuevo año llegamos al número cuatro de los aviones mas extraños de la historia. Y el que hemos elegido hoy si que es realmente raro. Se trata del Vought V-173 "Flying Pancake" disñado por Charles H. Zimmerman un notable ingeniero aeronáutico que trabajó sobre el concepto de avión "discoidal". Este tipo de configuración trataba de atenuar los efectos adversos de la resistencia inducida provocada por el bajo alargamiento del ala, mediante los vórtices generados por las largas hélices situadas en las puntas de los planos. El prototipo  original se construyó en madera y tela e iba impulsado por dos motores de de 80HP que giraban unas hélices provenientes de un ¡F4U Corsair! aunque posteriormente fueron cambiadas por unas de diseño especial. Para poder dejar guarda suficiente con el suelo el avión tenía un ángulo de incidencia posado de 22º lo que le conferían unas cualidades de despegue y aterrizaje casi VTOL.



El primer vuelo del V-173 tuvo lugar el 23 de Noviembre de 1.942 y mostró problemas de vibraciones debido a las complicadas cajas de engranajes que movían las hélices. Durante los años 1.942 y 1.943 se realizaron 190 vuelos de pruebas que demostraron las capacidades del avión en cuanto a su facilidad de manejo y sus cualidades a baja velocidad (el mismísimo Charles Lindbergh lo pilotó y dio fe de ellas ).

Desgraciadamente como otros muchos proyectos de la época fué superado por los modernos cazas a reacción. El último vuelo tuvo lugar en 1.947.

Un V-173 se conserva en el Smithsonian.










Aquí os dejo un vídeo de Youtube donde se ven distintas fases de las pruebas de este singular avión.



Cuando en entradas anteriores hablábamos de los especialistas no creo que ninguno de vosotros se parase a pensar la importancia que estas personas tienen en el funcionamiento de las empresas. Estos hombres y mujeres conforman un colectivo del que la Dirección se suele sentir muy orgulloso pero al que presta poca o ninguna atención. Aunque nadie lo diga explícitamente el mensaje que subyace es que "esta gente se divierte tanto con lo que hace que ya están suficientemente recompensados".
Y ese es el fondo de la cuestión, porque se supone que a la persona que no le gusta su trabajo hay que pagarle más para mantenerlo motivado. Sin embargo, si esa misma persona disfruta con su actividad, ese extra se lo lleva puesto en forma de satisfacción diaria cuando regresa a su casa.

Esto no es una imaginación mía. Se perfectamente de lo que hablo, el Director de una empresa en la que trabajé llego a decirme en cierta ocasión, en tono jocoso, "tú deberías de pagar por trabajar aquí por lo bien que te lo pasas". Si a esta frase le quitáis el tono cordial, reflejará exactamente lo que él pensaba en realidad.

Pero por eso uno no debe de amargarse sino asumirlo como una cosa, si no normal, si al menos cotidiana. Pero ojo eso no significa que renuncies a reclamar un trato mas justo. Pero esto no se conseguirá de manera individual sino formando y manteniendo un espíritu de grupo que vaya poniendo en valor la actividad que como especialistas desarrolláis.

Antes de seguir he de decir que esto que digo no tiene nada que ver con reclamaciones sindicales ni nada parecido. Los sindicatos puede que en algún momento de la Historia tuviesen su lugar pero hoy en día no son sino un refugio de vagos y maleantes con los que es mejor no relacionarse. No, mi propuesta va de otra cosa, del orgullo de grupo, del reconocimiento mutuo, de la capacidad de apoyarse de manera solidaria. Estoy hablando de algo mas próximo a la masonería que a los llamados sindicatos de clase (expresión que nunca he llegado a entender del todo).

Como técnicos debéis de buscar a aquellos que os son afines y establecer lazos estrechos con ellos, que os permitan poner en valor vuestro trabajo (el de todos vosotros). Y sobre todo luchar para impedir que los malos gestores (porque aunque os cueste trabajo creerlo también hay algunos muy buenos) acaben convirtiendo, con su ineptitud, todo vuestro trabajo en comida para cerdos. 

Hace algunos años encontré en internet una historia que me encantó y que os voy a relatar. Desgraciadamente desconozco el nombre de su autor, pero desde aquí rindo tributo de admiración a su ingenio y a su sentido del humor. Si alguno conoce el original (en inglés) le ruego me perdone la adaptación porque la reescribo de memoria.

Y decía así

En una soleada mañana de primavera un hombre va sobrevolando en un globo de aire caliente una preciosa campiña. Uno podría pensar que va disfrutando con las vista pero su rostro ceñudo muestra claramente que no es así. Escudriña sin cesar el horizonte mientras maldice en voz baja. A quedado con sus jefes a comer y se encuentra en su situación apurada porque no sabe donde está. Para demostrar su habilidad se ha comprometido a llegar al sitio de la reunión en globo y ahora lamenta amargamente su decisión.

De pronto, allá bajo, ve a un hombre caminando con su perro.

- ¡Magnífico! - exclama- ahora podré saber donde estoy y, con un poco de suerte, llegar a mi cita y no hacer el ridículo.

Hace descender el globo hasta que este se queda flotando a pocos metros del paseante.

-Por favor - pregunta - ¿podría decirme donde me encuentro?. He quedado a comer con unos amigos dentro de una hora y creo que me he perdido

El de abajo le mira durante unos momentos, saca una calculadora del bolsillo, hace unos números y contesta:

- Se encuentra usted flotando en un globo aerostático a  4 metros de altura, en un punto situado a 40º 17.06' de latitud Norte y 4º 3.71' de longitud Oeste

El del globo, de inmediato, le pregunta:

- ¿A qué es usted ingeniero?

El del perro, muy sorprendido, responde

- Pues si, ¿como ha podido saberlo?

- Pues porque me ha dado una información que seguramente será exacta pero no hace que me encuentre en mejor situación que estaba antes de hablar con usted

El ingeniero cavila unos instantes y responde:

- Perdone, ¿usted es manager, verdad?

- Pues si, ¿como lo ha averiguado?

- Es fácil. No sabe donde está, no sabe como ir a donde se propone, ha hecho una promesa que no puede cumplir y ahora, de alguna manera, considera que yo soy el culpable

Esta es una historia tan vieja como el mundo. Es la eterna lucha entre el que organiza y hace los planes y el que de verdad lleva las ideas a la práctica. Cada uno tiene un lugar y un papel que cumplir y en ambas categorías, hablando desde un punto de vista profesional, los hay buenos malos y regulares.

Recordad siempre, tal y como decía Cipolla, que los necios, al igual que los malvados, no tienen bandera. No pertenecen en exclusividad a ningún grupo étnico, país, creencia o clase social y por tanto te los encontrarás a tu alrededor en todo momento.

El problema no es que haya tontos, el problema es que cuando un tonto llega al poder, este adapta las reglas para poder rodearse de otros mas tontos que él que le arropen para que nadie le haga sombra. Y este fenómeno se perpetua a sí mismo tanto en las empresas como en las sociedades. Es el concepto Platónico de la Aristocracia (el gobierno de los mejores) pero dado la vuelta.

No pretendo decir que para ser un buen gestor haya que tener un Doctorado en Astrofísica y otro en Física Cuántica pero no puede ser que normalmente se dediquen a la gestión las personas que no valen para otra cosa (el ejemplo de los políticos es tan aterrador como esclarecedor).

Y aún suponiendo que esto no fuera así y que la gestión de las empresas la llevaran gentes dotadas con una agudeza y unas capacidades notables, seguiría siendo inaceptable que aquellas otras personas que han decidido dedicar su vida a resolver los problemas (pequeños o grandes) que el desarrollo tecnológico les plantea cada día se vean relegadas de manera sistemática con el peregrino argumento que os contaba al principio ("es que se lo pasan tan bien con su trabajo que ya no necesitan nada mas").

Os planteo una pregunta. ¿Vosotros conocéis a algún experto, el mejor en su área, sea cual sea esta, que sin ser jefe de nada tenga coche de empresa y gane lo mismo que el Director de la División?. Si es así, por favor hacedmelo saber porque para mí sería un honor estrechar su mano y, sobre todo, la del CEO de su compañía.

Un pensamiento:
En algún momento es posible que pienses que las cosas ya no pueden ir peor. Pues te equivocas.
En algún otro pensarás que ya no hay esperanza. Y te volverás a equivocar.
La vida es una asombrosa y mágica sucesión de equivocaciones.

Nos vemos.

Sed buenos.


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