Monday, October 7, 2013

La ética y la estética

Hoy presentamos el número nueve de los aviones mas extraños de la historia y ese puesto se lo hemos asignado al English Electric Lighting (posteriormente BAC Lighting despues de la integración de English Electric en British Aircraft Corporation). Este avión fue el gran caza supersónico británico durante la Guerra Fría capaz de alcanzar Mach 2 aunque su radio de acción fuera realmente pequeño (250 Km en régimen supersónico). Dado que su misión era la de un interceptor puro este no era uno de los parámetros a optimizar.

Este avión no aparece en las listas de aviones "raros" que podéis encontrar en Internet, pero era un concepto realmente extraño. Con una planta alar en delta truncada (que no en flecha), sus dos motores Avon 301R superpuestos (lo que disminuía en un 50% la sección frontal) y un alas extremadamente finas, que obligada a alojar el combustible en una protuberancia en la parte inferior del fuselaje, era un pájaro realmente curioso. Dado que el ala no podía soportar pilones para armamento (fijaros en la disposición del tren de aterrizaje) este iba en el fuselaje incluyendo un cañón Aden de 30 mm y  2 misiles aire-aire. Para completar el panorama llevaba los pods adicionales de  combustible en la parte superior de las alas (!), e incorporaba un cono de onda de choque en la toma de aire de los reactores (que era común a ambos) así como un timón de profundidad "todo mando" (stabilator).

Este avión voló por primera vez en 1.954 y sirvió básicamente en la Reino Unido y en Arabia Saudí hasta los años 80. aunque actualmente aún quedan unidades en estado de vuelo repartidas por todo el mundo.

Con una velocidad ascensional de 100 m/s tenía que ser todo un espectáculo verle despegar casi en vertical. Lástima habérnoslo perdido.

Aquí teneis un link de Youtube donde podreis verlo.


 Vaya pues nuestro número 9 de los aviones mas raros de la historia para el BAC Lighting.

Hoy en nuestra entrada vamos a hablar de la ética en las empresas y los compromisos que las grandes corporaciones asumen (o no) con ella, lo cual es un tema apasionante y bastante sensible.

En los últimos años las grandes corporaciones han empezado a tomarse muy en serio la divulgación entre sus empleados de una serie de normas éticas de comportamiento que guíen las actuaciones diarias de todos y cada uno de ellos. El control de dichas actuaciones están dirigidas por organizaciones internas de "Ethics and Compliance" que se supone supervisan e investigan aquellos comportamientos de los empleados de la compañía que no se ajustan a las normas establecidas. Dichas normas de comportamiento tratan de atajar y corregir cualquier actuación anómala, abusiva y, en algún caso ilegal, por parte de sus empleados.

Esto esta muy bien y creo que cualquier persona normal estará de acuerdo en que es un excelente punto de partida para conseguir una actuación más, digamos, "honorable" por parte de todos. Aunque el objetivo es del todo loable, no siempre cumplen su función. Basta con recordar los casos de Enrom, Lehman Brothers o Madoff para darse cuenta de que en algunos casos todo esto no deja de ser papel mojado, ya que estas empresas tenían extensos documentos que fijaban los estándares éticos de la compañía y cientos de personas en la organización encargados de supervisar su cumplimiento. Y a pesar de ello todos sabéis lo que pasó.

En la práctica real las actuaciones de estas oficinas de E&C se circunscriben a los posibles casos de corrupción que puedan darse dentro de la compañía (cobro de comisiones, adjudicación irregular de contratos, etc.) lo cual ya es bastante importante y justificaría, por si mismo, su existencia. Por desgracia la detección de estos casos es complicada por lo que normalmente se recurre al camino mas sencillo que no es otro que, lo que yo denomino, el teléfono del delator.

Este número de teléfono es al que llama cualquier persona de la empresa que cree haber detectado un caso de falta de ética en su entorno y que, normalmente, suele implicar a su jefe. A pesar de que lo normal es que dicha denuncia se sustente en el "yo creo que" o en el "a mí me parece" esa simple llamada telefónica desencadena una serie de actuaciones e investigaciones que se pueden extender durante meses. Durante ellos la persona acusada se encuentra en un limbo del que no tiene escapatoria. No sabe de que se le acusa. No sabe quien le acusa. No tiene acceso a la documentación presentada para sustentar la denuncia (si existe). En definitiva se ve vapuleado sin posibilidad alguna de defensa salvo alguna entrevista con los investigadores que lo único que hace es aportarle mas zozobra de la que ya tenía.

Dado que, mas del 90% de estas acusaciones son falsas y, salvo que la persona investigada se haya comprado últimamente un Ferrari y un yate (atracado en Marbella naturalmente), no se podrán corroborar ninguna de las acusaciones del delator, por lo que este tipo de investigaciones suelen acabar con una escueta llamada telefónica en la que se le comunica al acusado que la investigación ha sido cerrada, lo cual no tiene porqué significar en modo alguno que se le considere inocente.

Este tipo de acusaciones suelen tener su origen en rencillas debidas a las variadas causas, desde la no concesión de un ascenso, que la persona que formuló la denuncia consideraba que le correspondía, hasta el deseo de hacer correr el escalafón dejando un puesto vacante en la organización. Cualquier bajeza que os podáis imaginar sirve. Y esto es una canallada lo mires como lo mires.

Pero no pasa nada, el sistema ha funcionado. Todo el mundo ha justificado el sueldo que cobra y la imagen de la compañía ha salido reforzada. En definitiva la estética ha triunfado sobre la ética.

En el pensamiento que publicábamos hace un algunas semanas hablábamos de la honestidad y de la integridad. Aunque ambos conceptos tienden a confundirse tiene connotaciones diferentes. El primero hace referencia fundamentalmente a la honradez y debemos considerarla una cualidad. En el mundo es posible encontrar muchas personas honradas (exceptuando a los políticos) aunque no me atrevería a decir en que porcentaje. Ello es así por que la honestidad es algo pasivo que no requiere de ningún compromiso individual. Una persona no roba porque le parece reprobable, porque teme al castigo o simplemente porque no tiene la oportunidad. Pero, sea cual sea la razón, todo se instancia en un "no hacer".

Por el contrario la integridad es una virtud, ya que requiere un compromiso activo por parte de la persona. Integridad es "hacer lo correcto, por los motivos correctos y de la manera correcta".  Y eso ya no es tan sencillo.

Sirva como ejemplo nuestra última entrada en la que hablábamos de los bonus. Cuando un directivo, en aras de cobrar su bonus, toma decisiones que pueden derivar en un perjuicio a largo plazo para su compañía lo normal es que este, no esté haciendo nada que se salga de los estándares éticos de la empresa, pero desde luego esas decisiones no son ni de lejos las que corresponderían a una persona íntegra.

Es por ello por lo que las organizaciones de E&C deberían, además de fijarse en la honestidad, empezar a poner el foco en la integridad. Quizás entonces, y solo entonces, la ética triunfaría sobre la estética.

Aunque, si eso fuera así,  posiblemente un gran número de empresas acabarían cerrando por falta de personal.

Antes de despedirnos, y también con relación a nuestra última entrada, no me resisto a enseñaros un vídeo de Youtube donde se demuestra, de manera fehaciente, que la política de la zanahoria se aplica de manera universal. Espero que os riáis tanto con Charlie, el hamster, como me he reído yo.



Un pensamiento:
La ley de la conservación de la energía es universal y se puede aplicar a la vida diaria. Por eso si tu jefe, en algún momento, te dice que lo espera todo de ti, puedes estar seguro que tú no debes esperar nada de él.

Nos vemos.

Sed buenos.

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